El animado centro histórico de San Teodoro

San Teodoro creció en torno a su iglesia, construida en el siglo XVIII en honor del santo mártir Teodoro de Amasea. En su día fue el principal punto de encuentro de la comunidad de Teodoro, un lugar importante y realmente animado, y así ha permanecido hasta nuestros días.

Hasta principios de la década de 1970, la plaza era conocida con el curioso sobrenombre de Piazza Montecitorio, debido a que, como ágora moderna, siempre ha acogido una forma espontánea de asamblea de ciudadanos (diputados, para usar la metáfora), deseosos de discutir y comentar la vida cotidiana y los problemas de su mundo.

Como todos los centros urbanos, el centro de San Teodoro, visto en su especificidad viva como centro vital originario de una comunidad, conserva también importantes rasgos históricos modelados sobre la identidad viva del modelo rural de la Gallura tradicional. Desde el punto de vista urbanístico, el centro no difiere mucho del de sus orígenes: la iglesia y los demás edificios que la rodean conservan el aspecto y las características arquitectónicas típicas de nuestra parte de Gallura.

Un observador atento no habrá pasado por alto, por ejemplo, el bisel de hierro forjado con iniciales en la puerta de entrada de algunas de las casas del centro, o el típico balconcillo sostenido por elementos de barbacana de granito, o el tejado inclinado, ya utilizado en el stazzo. Ciudadanos especialmente sensibles y con un admirable sentido de la armonía y la identidad cultural pudieron entonces renovar el centro, respetando y realzando los estilos arquitectónicos originales.

El paseo y el mercado nocturno

Durante las noches de verano, el centro se cierra al tráfico y se vuelve totalmente peatonal: la ciudad se viste de noche y se ilumina para ofrecer a los visitantes intensos momentos de luminosidad, tanto para los que disfrutan de la tranquilidad y las suaves luces de un piano bar, de las compras o de un simple paseo al aire libre, como para los que quieren vivir la noche al máximo en las numerosas discotecas. En el centro de la ciudad, encontrará todo tipo de servicios abiertos hasta altas horas de la noche: desde restaurantes y brasseries hasta oficinas de turismo y peluquerías.

Así se pasa una velada en San Teodoro, saboreando tranquilamente las vistas y los olores de su animado centro: la música en directo, los espectáculos, la amabilidad de la gente, el colorido del ya famoso mercadillo artesanal de las noches de verano que llena las veladas y enriquece el ya considerable patrimonio de bellezas medioambientales que hacen única su estancia en San Teodoro. Un observador atento no habrá pasado por alto, por ejemplo, el bisel de hierro forjado con iniciales en la puerta de entrada de algunas casas del centro, o el típico balcón sostenido por elementos de granito barbacani, o el tejado inclinado, antaño utilizado en stazzo. Ciudadanos sensibles con un admirable sentido de la armonía y la identidad cultural han restaurado desde entonces el centro, respetando y realzando los estilos arquitectónicos originales.